Cada mañana comienza con un susurro de la selva que invita a despertar con conciencia. Este exclusivo conjunto de 41 residencias, que van de una a tres habitaciones, se integra de forma orgánica con el entorno natural que lo rodea. Rodeadas de una vegetación exuberante, las viviendas están diseñadas para convivir en armonía con los elementos: el viento que atraviesa los espacios, la luz que se filtra entre las copas de los árboles y el agua que fluye como parte de un ecosistema vivo. El proyecto logra un equilibrio entre la arquitectura local y las líneas contemporáneas, utilizando materiales y acabados tradicionales que rinden homenaje a la tierra y su esencia.

La paz se percibe en cada rincón de este desarrollo de baja densidad, que respeta profundamente el suelo que lo sostiene. En un terreno de 10,000 m², se conserva cerca del 70 de las áreas verdes naturales, creando una experiencia de conexión con la naturaleza que va más allá del diseño. Las construcciones se elevan sobre pilotes, permitiendo la absorción natural del agua, la libre circulación de la fauna y el crecimiento sin restricciones de árboles y plantas. Este enfoque no solo protege el entorno, sino que genera condiciones climáticas y térmicas ideales para los residentes.

La visión sustentable del proyecto se refleja en cada decisión de diseño. La arquitectura bioclimática favorece la entrada de luz y la ventilación cruzada, reduciendo la necesidad de consumo energético. Sistemas de captación de lluvia, paneles solares, piscinas libres de químicos y ventanas de doble acristalamiento son solo algunas de las soluciones implementadas para lograr la mayor eficiencia energética con el menor impacto ambiental posible.
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